A continuación remito mi humilde artículo para sus valiosos comentarios y observaciones.
Saludos
Vanessa
___________________________________
ULACIT
Maestría en Docencia y Currículum
Universitario
Análisis de Políticas Educativas
Prof. Máster Ralph Araya
Estudiante: María Vanessa Zamora González
Artículo Avance Final
El
único hombre que está educado es aquel que ha aprendido como aprender; el hombre
que ha aprendido como adaptarse al cambio: el hombre que ha aprendido que
ningún conocimiento es seguro, que solamente el proceso de buscar conocimiento
proporciona bases para la seguridad
Ready
Simon (1975)
Título:
Universidades: un abordaje desde las brechas sociales
Autor:
María Vanessa Zamora
González[1]
Introducción:
Los
nuevos escenarios educativos representan grandes e importantes cambios en todas
las dimensiones (sociales, económicas, políticas, culturales), que no todas las
personas están dispuestas a aceptar, que a la vez, convienen y contraen
ineludiblemente enormes posibilidades que no se pueden desaprovechar como usuarios
de la educación y por ende de la información.
Según se
incluye en el Informe del Estado de la Educación (2011), “la educación superior
en Costa Rica, tiene hoy una oferta extensa, variada y altamente concentrada en las universidades”. Sin embargo, según
nuestra rectora Silvia Castro (2012), dice el presidente Obama que, para 2020,
Estados Unidos tendrá, una vez más, el porcentaje más alto de graduados
universitarios en el mundo, en el entendido de que su país sabe invertir
sabiamente en la economía del conocimiento y en una ciudadanía educada para
mejorar los índices de competitividad y prosperidad social. (p.1)
Duele ver que tal y como lo indica Castro (2012), en
contraste, parece ser que la titulación universitaria no preocupa a los
costarricenses, a pesar de que solo el 9.3% de la población ostenta un grado universitario
y solo el 13% de esa población se egresa de áreas estratégicas para el
desarrollo nacional, como son las disciplinas científicas, tecnológicas e
ingenieriles; los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE), en cambio, reflejan una tasa promedio del 27.42%. La tasa de
participación en educación superior de Costa Rica es la mitad de la tasa
promedio de los países más desarrollados y nos conformamos con asumir, sin
cuestionar, que no alcanzan los fondos públicos para financiar los estudios de
tanta gente. (p. 1)
Entonces, cuál es la realidad, ¿la gente quiere
estudiar y no puede?, o no quiere estudiar del todo?, o ¿es acaso que no tiene
acceso a la educación?, o por último, ¿será una combinación de factores?
Las universidades privadas, por ejemplo no constituyen
un apoyo subsidiario del Estado en educación, dado que lo que hacen es
primordialmente ensanchar las brechas sociales y agudizar los conflictos de
clases, toda vez que, al igual que las universidades públicas tienden a graduar
estudiantes sin límite y sin que realmente se haya hecho un estudio o un
análisis exploratorio de lo que el país necesita para lograr su desarrollo y lo
que puede atender según su demanda, no su oferta. Por ejemplo, existen ciertas instituciones
educativas que responden a dinámicas propias de desigualdad social, debido a
que se orientan a generar un mercado
solamente orientado para personas o grupos que puedan atender sus requisitos
económicos y financieros, generando que el estudiante deba endeudarse o pagar
altos costos de matrícula y mensualidad para poder mantenerse en ellas, perteneciendo
muchas veces en estos casos a sectores de la estructura social que no pueden
competir económicamente, y que lo que hace es filtrar y dejar atrás sus
expectativas y su acceso a la educación.
En el Informe de la Educación (2011) se incluye el
tema de que las universidades del país tienen una oferta académica amplia, con
una importante concentración en las áreas de Ciencias Sociales, Educación y
Ciencias Económicas. Indican que diversificar las oportunidades académicas es
siempre un objetivo deseable, aunque no en todos los casos ello es sinónimo de
un sistema capaz de adecuarse a los cambios del contexto nacional e
internacional.
Planteamiento del problema
¿Propician las universidades
tanto privadas como públicas un ensanchamiento de las brechas sociales al
graduar estudiantes sin límites sin verificar si estos son los que realmente necesitan
o requiere el país para lograr su desarrollo?
Objetivo
General:
·
Analizar
el rol o papel que juegan las universidades privadas y públicas en el
ensanchamiento de las brechas sociales
Específicos:
1. Verificar el papel o rol que juegan las universidades
privadas y públicas, para poder atender los requerimientos del país
2. Corroborar si las universidades privadas y
públicas propician un ensanchamiento de las brechas sociales al graduar
estudiantes sin límites y no según el desarrollo del país
Desarrollo
En el tema de la educación en las universidades
privadas, algunos autores tales como Morales (2011), Torres (2010), Lagarda (2001) y Mungaray (2001) han abordado el tema
más directa o indirectamente y han incluido en sus apreciaciones el rol y la
importancia de la educación superior en la vida cotidiana de los adultos y cómo
se ha producido un ensanchamiento de las brechas sociales y de los conflictos
de clase social.
Por ejemplo, en este tema, según Torres (2010),
existen cuatro tipos de brechas: la brecha conceptual, la brecha del conocimiento,
la brecha social y la brecha competitiva. Este artículo se concentrará en el
tema de la brecha social. No obstante, cada una de las brechas se relaciona
entre sí. Torres (2010), manifiesta que para cerrar esta brecha, se debe
proceder a mejorar el acceso y la calidad de los servicios básicos y en
especial a los más necesitados y vulnerables.
En este tema de las brechas sociales y el acceso a la
educación, Castro (2012), nos indica que solo para dar un ejemplo, un
bachillerato universitario en una institución privada en Costa Rica le cuesta a
la sociedad aproximadamente ¢2,016,040, mientras que el mismo grado en la
educación superior pública cuesta más de siete veces más: aproximadamente ¢15,075,402.
Adiciona Castro (2012) que esta estimación no incluye los gastos asociados a los
temas de investigación, ni tampoco incluye los ingresos privados percibidos por
las instituciones públicas. (p.1)
Entonces, cabría pensar producto de estas cifras, que
no es un tema económico, sino mental, ya que en el estudio doctoral de Castro
(2012) también se confirma que hay más alumnos de escasos recursos en la
educación superior privada, que en la educación superior pública. (p.1)
¿Qué es lo que realmente está ocurriendo?
Hevia (2008) manifiesta que a nivel educativo, las
políticas públicas han tendido a reproducir la segmentación social, por cuanto
ofrece a los sectores con menos ingresos, una educación de menor o más baja
calidad que la ofrecida a los demás estratos sociales. De esta manera, los
sistemas educativos que anteriormente fueron vistos y visualizados como canales
de movilidad social y a la vez de integración, se convierten ahora en segmentos
fragmentados y acrecentadores de brechas sociales, provocando o propiciando una
desigualdad consecutiva e intergeneracional.
Según Artavia (s.f.), la educación debe ser vista como
ese “ecualizador social”, como ese instrumento de movilidad social, que por lo
tanto, a la postre, la ausencia de ésta o la mala calidad, aumenta diariamente
las brechas sociales del país. Afirma que en esta Era del Conocimiento y de la
Información, en donde se realiza cambios radicales diariamente, se debe
fortalecer el valor social, ambiental y económico de las naciones, ya que el
único instrumento con el que realmente cuentan éstas es la juventud educada en
temas y valores que permiten a su vez el desarrollo pleno de las capacidades y
las potencialidades, así como el incremento en la productividad del país.
Por otra parte, según el Informe del Estado de la
Educación (2011), las universidades juegan un papel central en el crecimiento
productivo y la competitividad de Costa Rica. No sólo forman el recurso humano
que asume la conducción de las empresas del sector privado y las empresas e
instituciones públicas. Salazar (2009),
Mungaray (2001) y Torres (2010) han evidenciado cómo han crecido las brechas sociales,
producto de la educación superior privada que atiende a unos pero descarta a
otros. Por ejemplo, Morales (2011), indica
que lo que ha sucedido es que dada la competitividad y la globalización se ha
dado una proliferación de instituciones privadas de educación, en todos sus
niveles, que ha sido a la vez una causa y una resultante del aumento de la
desigualdad social.
Sin embargo, es importante mencionar que esta
privatización se ha dado, producto del aumento en la oferta de instituciones
privadas del país y la disminución de cupos y capacidad de ingreso de las
instituciones educativas públicas, es decir la demanda por acceso a la
educación superior crece diariamente, pero la oferta se ha visto disminuida.
Por ejemplo, según Rama (s.f.), el incremento de la demanda por educación
incentivó año tras año el aumento de la oferta de educación. En el sector
privado las demandas incrementales permitieron un aumento persistente de los
precios relativos de las matrículas y una importante rentabilidad de sus
instituciones terciarias. Los precios de las matrículas aumentaron en forma más
que proporcional a la inflación y junto con el aumento de la escala permitieron
financiar la enorme expansión de la planta física de las instituciones privadas
y también asumir los costos crecientes derivados de las políticas de regulación
desarrollados en esta década. El incremento de los costos de la educación por
encima de la inflación ha sido una tendencia a escala mundial. Se podría
suponer que las nuevas inversiones públicas en la región entre 1985 y el 2005
alcanzaron a 23 millones de metros cuadrados de construcción (5 metros
cuadrados promedio por alumno) que pudieran implicar, con una media de 1000
dólares el metros cuadrado de construcción, inversiones financieras del orden
de los 23 mil millones de dólares.
Asimismo, siguiendo a Morales (2011), entre las
consecuencias de la privatización de la educación, resulta medular indicar los
efectos que se han generado con el aumento en la oferta de educación superior privada,
puesto que sus consecuencias reoperan y se instauran sobre el resto de la
estructura social. Sin embargo, según Mungaray (2001), frente a la estructura
de costos generados por el proceso educativo, la educación universitaria puede
ser vista como una eficiente inversión pública, frente a la imposibilidad casi
pragmática y real de los individuos para lograr reaccionar ante las inversiones
privadas de la educación superior universitaria privada, que dados sus costos y
la distribución social del ingreso, no pueden prácticamente entregar sus
servicios educativos en la calidad y cantidad necesaria.
Otro aspecto que se debe destacar en este tema es el
hecho de que como bien lo indica el Informe del Estado de la Educación 2011,
uno de los grandes desafíos que tiene la educación superior es la relación
entre oferta y calidad, área en la que las desigualdades y las asimetrías
impera. De 1139 aproximadamente de programas impartidos por todas las
universidades del país, las 62 carreras que en el 2010 habían sido acreditadas
representan solamente un 5,4%. Ante esta situación, el SINAES, enfrenta el reto
de ampliar sustancialmente su cobertura de universidades tanto afiliadas como
acreditadas, para medir la calidad de la educación impartida por las mismas.
De esta manera, y siguiendo a Torres (2010), la
educación se convierte en esa vía indiscutible que permite mejorar las
condiciones de vida, a través del desarrollo de una serie de mecanismos
sociales que llevan a la inclusión, a una mayor equidad en las oportunidades,
respeto por las diferencias y las divergencias y que al final de cuentas lo que
propicia es una ética para el desarrollo sostenible e integral, por medio de la
mejora en el conocimiento y en la consciencia social.
Los jóvenes que ingresan a las universidades luchan
por subsistir cada cuatrimestre con montos cada vez más altos de intereses,
materias, matrícula, equipo, fotocopias, libros, entre otros. Por otra parte,
una vez que logran terminar la carrera y caen en la realidad de que se
enfrentan a una vida en donde no tienen opción de trabajo muchas veces, o no
pueden desarrollarse profesionalmente en lo que estudiaron; por lo que deben
tomar cualquier otra opción o la primera, o la más cercana, no necesariamente
la mejor, pues deben empezar a pagar sus préstamos, o la deuda que tienen de
esos años que se dedicaron a estudiar.
Por ejemplo, según Mungaray (2001), los costos
universitarios para las familias y sus estudiantes no solo incluyen gastos
directos que realizan los estudiantes en la matrícula, libros, transporte y
alimentación; sino también una serie de gastos indirectos, como el costo de
oportunidad del tiempo de dedicación al estudio.
Al respecto, el Informe del Estado de la Educación (2011),
manifiesta que la limitada capacidad del sistema educativo para aportar mano de
obra con conocimientos técnicos certificados es coincidente con la percepción
del sector empresarial. Una encuesta realizada denominada Pulso Empresarial,
por la Unión Costarricense de Cámaras y UCAEP, indica que los empresarios
entrevistados opinan que la mano de obra calificada son los más difíciles de
conseguir, ya sea por su relativa escasez o por falta de destrezas del personal
disponible.
Morales (2011) indica que el problema de la
incoherente e inflexible relación entre el mercado laboral y la educación
superior (tanto pública como privada), radica en el hecho de que la oferta de
servicios de educación superior ha saturado el mercado, constituyéndose en un
fenómeno de consecuencias sociales negativas de gran impacto.
Hay un aparente doble discurso y espejismo en torno a
la educación superior por parte del Estado, dado que el acceder a ella en la
actualidad no necesariamente garantiza, en el contexto actual bajo el cual nos
desenvolvemos que se vaya a dar un proceso real de movilidad social ascendente,
como si pasaba anteriormente cuando estudiar y poder tener el título era una
garantía para encontrar trabajo y de calidad.
Según Masís (s.f.), el acceso a la educación tiene que
ver con eliminar todo tipo de barreras (económicas, sociales, de religión, de
género, de personas con discapacidad), ya que influyen que la persona no acceda
a la educación superior, a la vez que se debe ir formando una cultura
inclusiva. Al eliminar toda barrera del acceso, se va creando una cultura
inclusiva, que no deje gente por fuera, respetando el derecho de todas las
personas a las cosas importantes para su mejora en la calidad de vida y el
desarrollo personal, individual, social y para la calidad humana.
Asimismo indica Morales (2011), que se puede decir que
el creciente desempleo que enfrenta la fuerza laboral con estudios superiores
tal y como se puede observar en los medios de comunicación social y colectiva
que afecta a los jóvenes, tiene una estrecha relación con la proliferación de
la educación privada en el país, pues claramente, el contar con sesenta
universidades privadas en el país y cuatro públicas, tiene una repercusión
directa sobre la cantidad de mano de obra profesional, la cual excede
evidentemente la demanda del mercado laboral, al sobrepasar la oferta. Por
ejemplo, la Encuesta Continua de Empleo del INEC (2012), indica que la menor
preparación académica y la escasa experiencia dificultan a los jóvenes
encontrar trabajo.
Al respecto, según Mungaray (2001), el mercado de
trabajo profesional es por naturaleza imperfecto, dado que los estudiantes demandan
un empleo profesional, y los empleadores que los ofrecen, si bien se relacionan
entre ellos en el mercado, tienen que interactuar para lograr interpretar las
necesidades de los empleadores así como del mercado y lograr que el desarrollo
de las características de los demandantes se vean fortalecidos a través de las
instituciones de educación superior.
Ese retraso que se genera entre la selección, la
educación y la entrega de los profesionales al mercado laboral genera una serie
de desfases en cuanto a la inversión en tiempo y dinero generado versus la
aplicabilidad de los conocimientos ya en el mercado laboral del día a día.
Otro aspecto que se menciona en el Estado de la
Educación (2011) y Torres (2010), es el hecho de que el principal desafío para
lograr la equidad en la educación está orientado a eliminar o al menos
disminuir las brechas que existen en el tema de las oportunidades educativas
entre las zonas urbanas y las zonas rurales, entre las personas con ingresos
altos y entre las personas con bajos ingresos; ya que estas disparidades, se
manifiestan recurrentemente en el acceso, los resultados y los servicios tanto en
las instituciones públicas como en las privadas.
El Estado de la Educación Costarricense (2011),
menciona que ese desafío de la equidad que se menciona, debe establecer una
serie de programas que compensen a los grupos más vulnerables y que se encuentran
en desventaja; es decir brindando nuevas y sostenibles oportunidades
académicas.
Es así como el Consejo Superior de Educación (CONESUP),
se ha preocupado por superar el reto social de luchar por la sostenibilidad
social y política del país, tratando de cerrar las brechas sociales, creando
nuevas oportunidades de ascenso social y propiciando la participación activa de
las personas en la solución de los problemas sociales y educativos, dado que la
actual oferta académica está caracterizada por una brecha que cada día crece
más y más entre la educación y la calidad de vida de las personas de las zonas
urbanas vs. las rurales. Deben crearse instrumentos y buscar recursos que cada
día se concentren más en los débiles y desprotegidos.
Conclusiones
Simple y sencillamente la realidad de lo que sucede y
está sucediendo con la educación es que existe una lógica perversa entre el
riesgo laboral y el desempleo en la actualidad, lo que ha dado al traste y roto
la creencia antigua de la movilidad social ascendente, que se esperaba lograr
al tener acceso a la educación y lograr concluirla, dado que en nuestra
sociedad actual, ya no hay certezas laborales, pues los trabajos se han tornado
altamente inseguros y apelan a la temporalidad.
Esta lógica perversa o imperfección se ha visto
promovida por la formación en la educación universitaria desde una mirada de
lentitud, en donde muchas veces los estudiantes tardan años en terminar sus
estudios, dado que no cuentan con el dinero suficiente, pierden materias, hay
deserción, el exceso y la falta de
flexibilidad en el trabajo les impide matricular bloques completos, y otra
serie de situaciones que hacen que el estudiante deba primero iniciarse en el
mercado laboral, y años después validar su conocimiento desde las aulas
universitarias.
A pesar de que pareciera, como derecho humano que
resulta la educación, de que todo estudiante tiene la misma oportunidad de solicitar
ingreso en la institución pública, la verdad es que de ello media o priva la
educación o preparación que haya tenido en el colegio, es decir previamente, y
la demanda y oferta que en la educación superior y en determinada carrera se le
brinde.
A pesar de que se podría argumentar que no hay espacio
para no accesar a una institución privada, ya que incluso se puede buscar un
préstamo universitario, según las estadísticas presentadas por Castro (2012), sólo
el 3.6% de toda la población universitaria al menos en este país, acude a
ellos, lo que sugiere que, para la mayoría de los estudiantes, estos préstamos
no son alternativas reales.
Lo anterior es lógico, dada nuestra situación
financiera mundial actual y la época de constricción financiera y empobrecimiento
económico que se vive diariamente a causa de la inflación y demás aristas.
En estos tiempo restrictivos, lo más lógico es poner
la mirada en las poblaciones de estudiantes vulnerables y más necesitadas, sin embargo y el hecho de
que resultaría lógico que los estudiantes más favorecidos, paguen más que los
demás, para lograr así equiparar las oportunidades de ingreso de estas
poblaciones vulnerables a través de subsidios.
Es un hecho de que los recursos que son públicos,
deben emplearse en la definición de la política pública, en este caso educativa
y de búsqueda de mejoramiento de la calidad y la eficiencia.
Sin embargo, el financiamiento sería importante en
estas épocas de competitividad y globalización, sea brindado tanto a
instituciones privadas como públicas, en el entendido de sus desempeños y
logros, ya que esto repercutiría indudablemente en la opción de brindar más y
mejores servicios de educación de calidad a más estudiantes, lo que redundaría
en un beneficio para el país.
Asimismo, es innegable indicar que gran cantidad de universidades
y no solo en este país sino en todo el mundo, se han convertido en empresas de
lucro que por un lado han permitido generar espacios que han incrementado la
oferta profesional, pero que también han llevado a lo que los expertos llaman
la “precarización de la existencia”, en donde no se logra satisfacer ni el
deseo ni la demanda de estabilidad laboral, calidad de vida y seguridad.
El reto es qué hacer con estas realidades. Es decir no
se pueden seguir graduando estudiantes sin ningún control ni supervisión y sin
importar si es lo que el país verdaderamente requiere o necesita, ya que esto
motiva a una mayor frustración por parte de los estudiantes-profesionales, lleva
a un país a su estancamiento económico y deslegitima la verdadera razón de ser
de la educación y el rol formador y desarrollador de las instituciones
educativas, tanto públicas como privadas.
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Torres, N. (2010). La
política educativa y su compromiso con la equidad social y el desarrollo
sostenible. Universidad Nacional. Heredia, Costa Rica.
[1] Administradora de Empresas con énfasis en Recursos
Humanos, Licenciada en Psicología, Bachiller en Teología, Máster en
Administración de Proyectos, Máster en Comunicación y Mercadeo y egresada de la
Maestría en Gestión Ambiental. Actualmente se encuentra cursando
la Maestría en Docencia y Currículum Universitario y finalizando el
Bachillerato en Derecho; ambos en la ULACIT, el Posgrado en Entornos Virtuales
de Aprendizaje de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), y el
bachillerato en Criminología y la Licenciatura en Teología; ambas en la UNED. Es docente de la Universidad Latinoamericana de
Ciencia y Tecnología (ULACIT) y labora como Especialista en Monitoreo y
Evaluación para el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura
(IICA).E-mail: vanezamo23@gmail.com
Vanessa un tema interesante y polémico, dado que hemos visto como en Costa Rica el factor educación a nivel general ha ido en descenso, por múltiples brechas: económicas, sociales y ambientales. Muchos adolescentes quieren estudiar, pero no tienen la estabilidad económica para poder subsidiar los gastos(alimentación, fotocopias, materiales adicionales), aunque en muchas instituciones tengan programas de becas o convenios, a muchos igual se les dificulta poder cumplir con los requisitos establecidos para poder conservar la Beca. Por eso es que ahora se ha utiliza el término exclusión escolar, en vez de deserción, esto por que hemos vistos que hay mucha población que quiere estudiar pero no puede hacerlo. Así que si evaluamos esto, será problema del Estado, Universidades Privadas o Públicas, Ciudadanos, que no tengamos un buen nivel de profesionales trabajando en sus áreas?
ResponderEliminarGracias por el comentario Maricela.
ResponderEliminarMe parece que el problema es integral. Nosotros como ciudadanos tenemos una obligación y una responsabilidad.
Adicionalmente, el Estado debe velar por la debida formación del profesional y por supuesto las universidades tanto públicas como privadas tienen su cuota de intervención necesaria y obligatoria.
Claro que si, pero es lamentable, ver como muchos docentes quienes son los encargados de formar profesionales integrales, muchas veces no utilicen ni la metodología optima para que el estudiante realmente comprenda el conocimiento adquirido.
EliminarLa docencia es una mezcla entre vocación, pedagogía, estudio y enseñanza.
ResponderEliminarComo toda profesión requiere de la ética profesional y el profesionalismo del docente, desde su papel de agente de cambio en el ámbito educativo.
Por ende, debe estar continuamente capacitándose pero sobretodo tener la humildad intelectual para aprender de y con los estudiantes en todo momento.
La educación pública en Costa Rica fue un indicador de desarrollo importante hasta finales de los ochentas; desde entonces los diferentes gobiernos se han encargado de debilitar el sistema, aduciendo a falta de presupuesto y es así como empieza a decaer el sistema. Además se debilita debido a que la tecnología aparece como otro elemento importante que no se incluye por falta de presupuesto y la misma empieza a estar resagada, los esfuerzos no alcanzan para estar al día con las TICs y una vez mas la educación se perjudica; y que decir el interés por parte de las personas para convertirse en profesionales que eduquen, porque el estado tampoco ha valorado la carrera como profesional y esto ha permitido la fuga de personas con verdadera vocación para enseñar al no contar con los incentivos económicos que retribuyan una de las carreras mas desgastantes e importantes en la vida de cualquier ciudadano. Por lo tanto son factores que han debilitado al sistema desde las bases y el reflejo se percibe también en la educación superior que se ha convertido en un negocio con un interés lucrativo, permitiendo que personas que no están lo suficientemente preparadas asuman la responsabilidad de "educar" por el escazo interés de profesionales para asumir estos retos, sino por parte de personas que a veces se leen un artículo o un libro y ya los hace acreedores de ser profesores, conocedores de la materia de "x" o "y" curso en particular y el sistema lo permite porque se deben vender todos los cursos. Todo esto trae como consecuencia apatía por parte de sus diferentes públicos metas y un debilitamiento a la educación que se da en un entorno mas comercial que investigativo, por ejemplo. En los años ochenta en Estados Unidos se dió la tendencia que entre mas títulos mejor profesional, versus la calidad de la educación y esto esta pasando en Costa Rica desde los noventas, provocando también que los profesionales con mayor trayectoria pero no con tantos títulos, en el campo de profesional sean objetos de desecho por ser mano de obra mas calificada y por ende mas cara. Y que decir las nuevas generaciones de los estudiantes que no cuentan con el deseo y muchas veces sin la actitud suficiente para preprarse para la vida, se inclinan cada vez mas por lo mas fácil y caen en la comercialización de las drogas u otro tipo de negocio en donde realmente no necesitan "estudiar" pero en donde la inversión puede ser a muy corto plazo.
ResponderEliminarEs por eso que los NINIS hoy en día sean convertido en un factor importante de analizar, porque no necesariamente por brecha económica han dejado de estudiar, solo basta con revisar la oferta académica privada que existe y que ha venido en aumento y además que cuenta con una cuota importante de financiamiento para cualquier persona que pueda y quiera asumir esta responsabilidad, para poder salir adelante. Por supuesto la cuota de admisión en las universidad públicas ha bajado debido a que la población estudiantil ha crecido considerablemente y no así la infraestructura para poder asumir el tamaño de estas poblaciones. Este tema es bien importante y merece ser de constante análisis, para ser tomado en cuenta en el desarrollo de cualquier país.
Buen artículo, porque motiva a la reflexión a un tema tan importante y que muchas veces subestiman los gobiernos que interponen sus intereses personales por los intereses de la sociedad.
Gracias por tus comentarios. Muy acertados del momento educativo en el que estamos viviendo y el ambiente en el que estamos inmersos.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con el hecho de que hay que hacer mayor análisis y brindarle mayor seguimiento.
Saludos.
Tal y como lo señalas en tu artículo, el ensanchamiento de las brechas sociales que propician universidades tanto públicas como privadas; responden a distintos factores; principalmente de índole cultural, social, ambiental, político, económico, tecnológico, psicológico y geográfico donde se hace necesario y urgente la definición de una política pública más acorde a las realidades actuales y los retos futuros que se haga acompañar de un mejoramiento en la calidad y la eficiencia con visión sistémica.
ResponderEliminarPara ello es necesario avanzar en lo que respecta a la escolaridad correspondiente a la enseñanza secundaria y terciaria para lograr un notable progreso en los niveles de competitividad de los recursos humanos y que la mayor parte de la población cuente con suficientes años de escolaridad como para poder aspirar a mejores opciones de movilidad ocupacional y bienestar social en el futuro.
Pero, a la vez, esto sugiere que de forma paralela se amplíen las oportunidades ocupacionales y la equidad social.
Sin embargo alcanzar estas aspiraciones; plantea sin duda alguna retos y desafíos en el corto, mediano y largo plazo a los tomadores de decisiones donde destacan: 1) la continuidad educativa, b) el aumento en la calidad de la educación, c) la mayor equidad de oportunidades educativas, d) la adecuación de los sistemas educativos a las exigencias productivas y a la competitividad global basada en la incorporación de progreso técnico y e) la educación para el ejercicio de la ciudadanía moderna.
Das en el punto. Muchas gracias por el comentario.
ResponderEliminarEn realidad existen grandes desafíos y retos, que los tomadores de decisión deben enfrentar.
Lo ideal es que la voluntad política esté presente para poder sobrellevar todos estos obstáculos y ver la educación como esa inversión que tiene vínculo directo con la mejora de la calidad de vida del ser humano, su desarrollo personal y profesional y el futuro de un país.