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domingo, 10 de junio de 2012

Motivación: clave para el aprendizaje


Artículo de Opinión

Por: María Vanessa Zamora González

¿Cómo se motiva a los alumnos a involucrarse de lleno en su propio proceso de aprendizaje?

Actualmente, el docente debe prepararse para motivar a los estudiantes a involucrarse en su propio proceso de aprendizaje.

En tiempos pasados, el aprendizaje se basaba en un método muchísimo más conservador y vertical, en donde el docente tenía la verdad absoluta, el conocimiento total, el cual era vertido al estudiante, quien desde una posición pasiva se limitaba a asimilar la información sin contradecirla o cuestionarla.

Esto, simplemente ya no funciona más en el ámbito educativo. El docente es un facilitador que se debe preparar para guiar al estudiante por el camino del saber pero reconociendo que es el mismo estudiante quien tiene que aportar a su propio conocimiento y quien debe dedicarse desde un enfoque  constructivista a armar su propio aprendizaje.

La motivación es un elemento fundamental en el proceso vital de todo ser humano. Para lograr captar la atención del estudiante y lograr que este se encuentre motivado y lo suficientemente interesado en aprender, primero debe tenerse claro cuál es la intención del estudiante, no etiquetarlo y lograr que genere un insight o una introspección de su proceso.

Según el video, las lecturas y el conocimiento personal, me atrevería a decir que para lograr una motivación en el estudiante y que realmente se interese por su propio proceso de aprendizaje, se debe lograr insertar en su mente y en su corazón esa espina necesaria para que logre ver un valor agregado en el proceso y la aplicabilidad de lo aprendido.

Si el estudiante no considera que pueda aplicar lo que esté aprendiendo e incorporarlo en su diario vivir, simplemente no le tomará la importancia necesaria y lo verá como una carga más dentro de su proceso educativo.

Por ello, el estudiante debe realmente querer aprender, tener claros las metas y los objetivos en su vida, pero el docente tiene la obligación por otra parte, de fomentar la reflexión, la introspección, el cuestionamiento, el interés, el relacionamiento de conceptos, y llegar hasta el fondo de su proceso de aprendizaje.

El estudiante debe exigirle al profesor y exigirse él personalmente, hipotetizar, argumentar, solicitar ejemplos, relacionar conceptos, mantener un comportamiento proactivo y abierto hacia el aprendizaje continuo, de lo contrario, ante cualquier obstáculo o imprevisto, simplemente perderá el interés y la intención de continuar un proceso educativo.

Se sabe que la tarea no es fácil, pero precisamente por ello, el docente debe avocarse a mantener una red de contactos que le permitan estar al día con las tendencias en educación, estudiar y capacitarse en metodologías, técnicas e instrumentos que le sirvan de insumo para lograr esa empatía con el estudiante, de forma que se mantenga motivado y que el propio estudiante se motive y se responsabilice por su propio proceso de aprendizaje

Por otra parte, el tema de la pedagogía y la psicología educativa es importante, así como el desarrollo de habilidades blandas que le permitan al docente, ser más que un mero profesor, sino un verdadero agente de cambio, que fomente en sus estudiantes el cambio y el interés en su educación.

El tema del engagement y la motivación son temas que simplemente no pasan de moda, pero que muchas veces los docentes y los institutos académicos no le prestan la necesaria atención para lograr mantener más estudiantes motivados, y hacer que estos tengan un proceso de aprendizaje y educativo muchísimo más en forma de proceso continuo y no abrupto o con malas experiencias.

El estudiante debe tener la capacidad de poder visualizar en el docente el interés genuino por transportarlo por los caminos del saber y por poder palpar y sentir que éste está realmente comprometido con su proceso de aprendizaje y que no es simplemente un número más en una lista. Asimismo, el estudiante debe poder sentir que la institución académica en la cual está apostando está interesada en su proceso de aprendizaje y que se mantiene a la vanguardia de las tendencias en educación, procurando mantener estándares de calidad y de ética profesional que le permitan y le generen una sensación de confianza en el aprendizaje y por supuesto en el sistema.

Mantener un estudiante motivado es todo un reto, primero el docente debe estar motivado, de lo contrario, simplemente se encargará de traspasarle al estudiante su propia frustración.

Ya todo está inventado, no existen las verdades absolutas y los paradigmas todos los días se van rompiendo. El estudiante en términos generales tiene acceso a las tecnologías de la información y es precisamente por este hecho, que ya nada le sorprende, nada lo mantiene cautivado, nada le es indiferente. El reto es prepararlo para la vida, no para reproducir los libros o los ejemplos desde cuatro paredes o desde una silla.

Otra forma en la que se logra mantener al estudiante motivado, es lograr servirle de ejemplo o de modelo, desde el cual puede tomar ventaja y conocimiento de lo que realmente quiere aprender y hacia dónde quiere o pretende dirigir sus esfuerzos educativos.

Por ello, el tema de la motivación del estudiante es un tema complejo, pues incluye tal y como lo mencioné la motivación del docente, que también se verá reflejada o será producto de las políticas educativas que tenga cada determinada institución académica o educativa y del propio proceso educativo o las políticas educativas en el ámbito público y privado.

Es un efecto en cadena. Si la institución no tiene claras sus políticas y lo que intenta lograr a nivel educativo para con los estudiantes, si el docente no tiene claro qué es lo que quiere lograr en el estudiante y no tiene claro lo que la institución le está solicitando ni lo que le debe transmitir al estudiantado, mucho menos le quedará claro al estudiante qué es lo que se le está solicitando ni tampoco cuál debe ser su papel en todo el proceso educativo y por supuesto en su propio proceso.

Es así de sencillo, no hay que hacer mucha matemática. Motivar puede resultar algo muy sencillo o muy complejo, ello dependerá de la claridad que tenga el docente de su papel, de su rol transformador y activador, y de transmitirle al estudiante lo que se espera de él, así como provocar en el estudiante ese entendimiento e insight propio que provenga del estudiante quien se estaría dando cuenta del valor agregado de su propio proceso de aprendizaje y por ende se mantendría motivado.

7 comentarios:

  1. Estimada Vane, definitivamente concuerdo con lo que indicas con respecto a que es todo un reto mantener motivado a un estudiante, dentro del aula uno puede dar el 100 % como docente pero fuera, es tan dificil poder controlar los factores externos que pueden "desinflar" esa motivación en el estudiante, que opinas?

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  2. Hola compañera, totalmente de acuerdo con usted.

    No todo lo podemos controlar o conocer, pero es más fácil cuando se ha establecido un rapport con el estudiante y existe algún nexo de modo tal que usted ya va conociendo y monitoreando a su estudiante en las clases y puede ver el avance, retroceso o estancamiento.

    En otras oportunidades, me sucede que los estudiantes me solicitan un espacio para poder conversar conmigo en donde me solicitan en ocasiones consejo sobre situaciones diversas y en otras sólo que los escuche.

    Pero compañera, al final de cuentas, como le indico usted tiene razón, siempre existirán factores externos que en ocasiones buscan complicar el proceso.

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  3. Punto importante al que haces alusión, si no se comprende no hay interés. Evidentemente los y las estudiante no se motivan por aprendizajes que no comprenden ni creen importantes, y es que todos los son, el problema está en la guía del profesor. Somos los responsables de darle aplicabilidad a los contenidos, contextualizándolos.

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  4. Hola al respecto de tu mención a la flexibilidad y adaptabilidad de los profesionales, coincido en que una de las formas de desarrollar ambas habilidades es mediante los procesos de educación, el tema es que hasta ahorita estos procesos educativos nos facilitan principalmente habilidades cognitivas y las que requerimos con premura son las no cognitivas como las que mencionas: comunicación, ética, interdisciplinariedad.
    Como lo menciona nuestra compañera Lindsay algunas universidades y algunas carreras están haciendo esfuerzos por incorporar dentro de sus programas aspectos como los anteriores, de manera que los estudiantes fomenten e interactúen con ambos conocimientos. No obstante es claro que lo realizado hasta la fecha es insuficiente, de ahí que los estudios de autores como Levy y Murnane (2007) y Cheng (2007) son congruentes en señalar la absorción de muchas labores manuales ejecutadas por personas por las tecnologías de información y comunicación.
    Las habilidades que requieren más que procesos manuales, tienden a tener cargas de conocimientos cognitivos mayores que no estamos ofreciendo de la manera que deberíamos en nuestros procesos de enseñanza.
    ¿Qué hacer ante está situación? En primera instancia educarnos nosotros como facilitadores para luego incorporar aspectos y metodologías que propicien estás nuevas habilidades en nuestros cursos.

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  5. Clave la mención de que parte del éxito del proceso de motivación depende de la claridad que tengamos en nuestro rol de docentes, de que somos facilitadores de un proceso, esa claridad se debería de ver reflejada en interés (genuino como lo indicas) por los estudiantes, de manera que ellos perciban que efectivamente existe interés de nuestra parte en su aprendizaje.
    Ya que además de funcionar como facilitadores, terminamos en no pocas ocasiones sirviendo de tutores, guías, consejeros, mentores, dada la realidad existente de que muchos muchachos ingresan a la universidad sin tener sus objetivos claros en la vida, y como lo menciona nuestra compañera Yahaira en su blog, estudiante carreras por tradición familiar.
    Comparto la convicción de que somos modelos de una u otra manera para ellos, y que mucho del éxito en el salón de clase, se explica por ese espíritu de servicio y de interés que los docentes propiciamos y que debemos de asegurarnos es percibido por los muchachos.

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  6. Compañera
    Destaco de su artículo todos los ejemplos que usa. EN lo personal soy completo defensor de que el docente es modelo: definitivamente los estudiantes imitan lo que ven y lo que oyen. Ellos andan en búsqueda de cualquier elemento que les inspire a seguir adelante, y sí como docentes podemos contruibir en poco, entonces vamos por el buen camino,

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