Artículo de Opinión
Por: María Vanessa Zamora González
¿Cómo se motiva a los alumnos a
involucrarse de lleno en su propio proceso de aprendizaje?
Actualmente, el docente debe
prepararse para motivar a los estudiantes a involucrarse en su propio proceso
de aprendizaje.
En tiempos pasados, el
aprendizaje se basaba en un método muchísimo más conservador y vertical, en
donde el docente tenía la verdad absoluta, el conocimiento total, el cual era
vertido al estudiante, quien desde una posición pasiva se limitaba a asimilar
la información sin contradecirla o cuestionarla.
Esto, simplemente ya no funciona
más en el ámbito educativo. El docente es un facilitador que se debe preparar
para guiar al estudiante por el camino del saber pero reconociendo que es el
mismo estudiante quien tiene que aportar a su propio conocimiento y quien debe
dedicarse desde un enfoque
constructivista a armar su propio aprendizaje.
La motivación es un elemento
fundamental en el proceso vital de todo ser humano. Para lograr captar la
atención del estudiante y lograr que este se encuentre motivado y lo
suficientemente interesado en aprender, primero debe tenerse claro cuál es la
intención del estudiante, no etiquetarlo y lograr que genere un insight o una
introspección de su proceso.
Según el video, las lecturas y el
conocimiento personal, me atrevería a decir que para lograr una motivación en
el estudiante y que realmente se interese por su propio proceso de aprendizaje,
se debe lograr insertar en su mente y en su corazón esa espina necesaria para
que logre ver un valor agregado en el proceso y la aplicabilidad de lo
aprendido.
Si el estudiante no considera que
pueda aplicar lo que esté aprendiendo e incorporarlo en su diario vivir,
simplemente no le tomará la importancia necesaria y lo verá como una carga más
dentro de su proceso educativo.
El estudiante debe exigirle al
profesor y exigirse él personalmente, hipotetizar, argumentar, solicitar
ejemplos, relacionar conceptos, mantener un comportamiento proactivo y abierto
hacia el aprendizaje continuo, de lo contrario, ante cualquier obstáculo o
imprevisto, simplemente perderá el interés y la intención de continuar un
proceso educativo.
Se sabe que la tarea no es fácil,
pero precisamente por ello, el docente debe avocarse a mantener una red de
contactos que le permitan estar al día con las tendencias en educación,
estudiar y capacitarse en metodologías, técnicas e instrumentos que le sirvan
de insumo para lograr esa empatía con el estudiante, de forma que se mantenga
motivado y que el propio estudiante se motive y se responsabilice por su propio
proceso de aprendizaje
Por otra parte, el tema de la
pedagogía y la psicología educativa es importante, así como el desarrollo de
habilidades blandas que le permitan al docente, ser más que un mero profesor,
sino un verdadero agente de cambio, que fomente en sus estudiantes el cambio y
el interés en su educación.
El tema del engagement y la
motivación son temas que simplemente no pasan de moda, pero que muchas veces
los docentes y los institutos académicos no le prestan la necesaria atención
para lograr mantener más estudiantes motivados, y hacer que estos tengan un
proceso de aprendizaje y educativo muchísimo más en forma de proceso continuo y
no abrupto o con malas experiencias.
El estudiante debe tener la
capacidad de poder visualizar en el docente el interés genuino por
transportarlo por los caminos del saber y por poder palpar y sentir que éste
está realmente comprometido con su proceso de aprendizaje y que no es simplemente
un número más en una lista. Asimismo, el estudiante debe poder sentir que la
institución académica en la cual está apostando está interesada en su proceso
de aprendizaje y que se mantiene a la vanguardia de las tendencias en
educación, procurando mantener estándares de calidad y de ética profesional que
le permitan y le generen una sensación de confianza en el aprendizaje y por
supuesto en el sistema.
Mantener un estudiante motivado
es todo un reto, primero el docente debe estar motivado, de lo contrario,
simplemente se encargará de traspasarle al estudiante su propia frustración.
Ya todo está inventado, no
existen las verdades absolutas y los paradigmas todos los días se van rompiendo.
El estudiante en términos generales tiene acceso a las tecnologías de la
información y es precisamente por este hecho, que ya nada le sorprende, nada lo
mantiene cautivado, nada le es indiferente. El reto es prepararlo para la vida,
no para reproducir los libros o los ejemplos desde cuatro paredes o desde una
silla.
Otra forma en la que se logra
mantener al estudiante motivado, es lograr servirle de ejemplo o de modelo,
desde el cual puede tomar ventaja y conocimiento de lo que realmente quiere
aprender y hacia dónde quiere o pretende dirigir sus esfuerzos educativos.
Por ello, el tema de la
motivación del estudiante es un tema complejo, pues incluye tal y como lo
mencioné la motivación del docente, que también se verá reflejada o será
producto de las políticas educativas que tenga cada determinada institución
académica o educativa y del propio proceso educativo o las políticas educativas
en el ámbito público y privado.
Es un efecto en cadena. Si la
institución no tiene claras sus políticas y lo que intenta lograr a nivel
educativo para con los estudiantes, si el docente no tiene claro qué es lo que
quiere lograr en el estudiante y no tiene claro lo que la institución le está
solicitando ni lo que le debe transmitir al estudiantado, mucho menos le
quedará claro al estudiante qué es lo que se le está solicitando ni tampoco
cuál debe ser su papel en todo el proceso educativo y por supuesto en su propio
proceso.
Es así de sencillo, no hay que
hacer mucha matemática. Motivar puede resultar algo muy sencillo o muy
complejo, ello dependerá de la claridad que tenga el docente de su papel, de su
rol transformador y activador, y de transmitirle al estudiante lo que se espera
de él, así como provocar en el estudiante ese entendimiento e insight propio
que provenga del estudiante quien se estaría dando cuenta del valor agregado de
su propio proceso de aprendizaje y por ende se mantendría motivado.
Estimada Vane, definitivamente concuerdo con lo que indicas con respecto a que es todo un reto mantener motivado a un estudiante, dentro del aula uno puede dar el 100 % como docente pero fuera, es tan dificil poder controlar los factores externos que pueden "desinflar" esa motivación en el estudiante, que opinas?
ResponderEliminarHola compañera, totalmente de acuerdo con usted.
ResponderEliminarNo todo lo podemos controlar o conocer, pero es más fácil cuando se ha establecido un rapport con el estudiante y existe algún nexo de modo tal que usted ya va conociendo y monitoreando a su estudiante en las clases y puede ver el avance, retroceso o estancamiento.
En otras oportunidades, me sucede que los estudiantes me solicitan un espacio para poder conversar conmigo en donde me solicitan en ocasiones consejo sobre situaciones diversas y en otras sólo que los escuche.
Pero compañera, al final de cuentas, como le indico usted tiene razón, siempre existirán factores externos que en ocasiones buscan complicar el proceso.
Punto importante al que haces alusión, si no se comprende no hay interés. Evidentemente los y las estudiante no se motivan por aprendizajes que no comprenden ni creen importantes, y es que todos los son, el problema está en la guía del profesor. Somos los responsables de darle aplicabilidad a los contenidos, contextualizándolos.
ResponderEliminarBien dicho compañera. Gracias
ResponderEliminarHola al respecto de tu mención a la flexibilidad y adaptabilidad de los profesionales, coincido en que una de las formas de desarrollar ambas habilidades es mediante los procesos de educación, el tema es que hasta ahorita estos procesos educativos nos facilitan principalmente habilidades cognitivas y las que requerimos con premura son las no cognitivas como las que mencionas: comunicación, ética, interdisciplinariedad.
ResponderEliminarComo lo menciona nuestra compañera Lindsay algunas universidades y algunas carreras están haciendo esfuerzos por incorporar dentro de sus programas aspectos como los anteriores, de manera que los estudiantes fomenten e interactúen con ambos conocimientos. No obstante es claro que lo realizado hasta la fecha es insuficiente, de ahí que los estudios de autores como Levy y Murnane (2007) y Cheng (2007) son congruentes en señalar la absorción de muchas labores manuales ejecutadas por personas por las tecnologías de información y comunicación.
Las habilidades que requieren más que procesos manuales, tienden a tener cargas de conocimientos cognitivos mayores que no estamos ofreciendo de la manera que deberíamos en nuestros procesos de enseñanza.
¿Qué hacer ante está situación? En primera instancia educarnos nosotros como facilitadores para luego incorporar aspectos y metodologías que propicien estás nuevas habilidades en nuestros cursos.
Clave la mención de que parte del éxito del proceso de motivación depende de la claridad que tengamos en nuestro rol de docentes, de que somos facilitadores de un proceso, esa claridad se debería de ver reflejada en interés (genuino como lo indicas) por los estudiantes, de manera que ellos perciban que efectivamente existe interés de nuestra parte en su aprendizaje.
ResponderEliminarYa que además de funcionar como facilitadores, terminamos en no pocas ocasiones sirviendo de tutores, guías, consejeros, mentores, dada la realidad existente de que muchos muchachos ingresan a la universidad sin tener sus objetivos claros en la vida, y como lo menciona nuestra compañera Yahaira en su blog, estudiante carreras por tradición familiar.
Comparto la convicción de que somos modelos de una u otra manera para ellos, y que mucho del éxito en el salón de clase, se explica por ese espíritu de servicio y de interés que los docentes propiciamos y que debemos de asegurarnos es percibido por los muchachos.
Compañera
ResponderEliminarDestaco de su artículo todos los ejemplos que usa. EN lo personal soy completo defensor de que el docente es modelo: definitivamente los estudiantes imitan lo que ven y lo que oyen. Ellos andan en búsqueda de cualquier elemento que les inspire a seguir adelante, y sí como docentes podemos contruibir en poco, entonces vamos por el buen camino,