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martes, 14 de agosto de 2012

Buenos días profesora y compañeros:

Revisando en Internet, encontré este documento que espero les sea de utilidad.



Leyendo el blog de http://carlosalatriste.blogspot.com/2010/07/de-la-educacion-como-autoapropiacion.html, en donde escribe sobre el libro de Martín López Calva: Pensamiento crítico y creatividad en el aula, surgen las siguientes interrogantes y comentarios, que quise compartir con ustedes y que el autor menciona:

1.       ¿Podemos mantener la confianza en el desarrollo del pensamiento crítico y creativo asumiendo que el mayor cambio consiste en que ahora hay aulas físicas y aulas virtuales?
2.       ¿Sigue siendo urgente que el ser humano desarrolle intencionalmente todas y cada una de sus potencialidades para buscar la construcción de un mundo mejor?
3.       ¿O ya mejor nos dedicamos a otra cosa?

Se indica en este libro y cito: el proceso de enseñanza-aprendizaje debe contribuir a que el estudiante piense y actúe, orientando su vida según aquello que descubre como valioso. Cuando un alumno es capaz de reconocer el error y autocorregirlo, muestra sensibilidad al contexto en el que afirma sus juicios y clarifica los parámetros en los que se enmarcan sus afirmaciones; puede decirse que está en el proceso continuo de apropiación que facilita pensar críticamente.

Afirma el autor que pensar críticamente es un proceso que va de la
 atención (propia de los sentidos) al juicio (en tanto que verificación), pasando por el entendimiento que concibe y formula, es decir, que identifica relaciones, razona, explica y verifica. No se trata de la pura abstracción ya que este pensamiento desemboca en la toma de decisiones "orientadas no por su afectividad, su impulso, su interés, la ideología dominante, las leyes, o cualquier otra causa relativa". Se trata pues de un discernimiento que trasciende la razón instrumental al implicar valores (descubiertos o confirmados durante el proceso) que "conduce[n] al sujeto a la plena conciencia y lo dirige hacia sus propios objetivos pero además, le proporciona criterios para saber si está alcanzando los objetivos que se planteó".

Continúa el autor indicando que, en la medida en que la creatividad es "la capacidad del hombre de transformar el mundo" se ubica en el nivel de la inteligencia, con un predominio del patrón estratégico y del patrón del sentido común; mientras que la criticidad –conocimiento de la realidad- apunta a los patrones del sentido común, científico y filosófico. De este modo, y toda vez que el paso de la experiencia a la razón requiere inteligencia, se advierte cuán fuerte es el vínculo entre pensamiento creativo y pensamiento crítico.

Así dice que, mientras que el pensamiento creativo es autocorrectivo, sensible al contexto y referido a un parámetro, como ya se ha dicho, el pensamiento creativo es fluido (cantidad de ideas sobre un tema determinado, flexible (variedad y heterogeneidad de las ideas) y viable (soluciones realizables en la práctica). ¿cómo desarrollar el pensamiento crítico? Al igual que el pensamiento creativo, requiere en primera instancia ser comprendido y luego una serie de estrategias. Desde luego, con lo aquí mencionado, no hace falta decir que el pensamiento crítico y creativo no se transmite. El rol del docente no será "enseñar" pensamiento crítico y creativo, ni explicarlo, sino propiciar ambientes de aprendizaje con actividades orientadas al desarrollo humano que le permitan al estudiante asumirse –mediante un diálogo respetuoso- como "sujeto en proceso de autoapropiación", puesto que también es un "sujeto en proceso de autoapropiación". En otras palabras, "sólo podrá promover seres críticos y creativos un profesor que sea cada vez más atento, inteligente, razonable y libre.

Termina diciendo el autor del libro que un educando que va siendo cada vez más creativo y crítico es un sujeto que es cada vez más capaz de dialogar, en el sentido más estricto del término, es decir, una persona que va siendo capaz de encontrar sentido o significado a las cosas, en compañía, a partid de, o junto con el otro. Un proceso de desarrollo de habilidades de pensamiento crítico y creativo en el aula debe implicar un cambio en la dinámica grupal: del monólogo al diálogo, de lo vertical a lo horizontal, de la contraposición a la comprensión, de la información a la formación; es decir, del grupo tradicional a una comunidad de cuestionamiento.

Considero que lo indicado a lo largo de estas líneas por el autor, va muy de la mano con lo que hemos venido construyendo y diciendo a lo largo de este curso. 




1 comentario:

  1. Gracias por visitar mi blog, por leer la reseña al libro de Martín López Calva y por inclir la dirección en tu post.

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